Los Salesianos de Venezuela ayudan e infunden esperanza a los jóvenes desde los proyectos agrícolas

Las estanterías de los supermercados están vacías y la inflación avanza hasta cifras tan vertiginosas que el sueldo de un mes apenas da para comprar un cuarto de pollo y las personas se ven obligadas a buscar en la basura con la esperanza de encontrar algo de comida.

Casi el 90% de las familias vive en la actualidad en condiciones de pobreza y más del 60% en pobreza extrema. Gran cantidad de menores, además, sufre desnutrición y la falta de medicinas también está agudizando esta situación de emergencia humanitaria, con hospitales desabastecidos de medicamentos y ciudadanos que fallecen desatendidos.

Sin embargo, en el campo se puede intentar producir a nivel personal o a nivel familiar. Éste es el camino que los Salesianos llevan a cabo Barinas, en el noroeste del país. Allí animan una escuela agrícola con una granja y con la posibilidad de cultivar gran cantidad de tierra. Aproximadamente 200 estudiantes de entre 15 y 18 años viven en el internado y asisten a diario a las clases.

“Se respira un ambiente de confianza y de gran respeto entre los muchachos y la comunidad salesiana. Son jóvenes sencillos, que aman la naturaleza y el trabajo de los campos”, aseguran los Salesianos.

Los misioneros de Don Bosco en Barinas llevan más de 80 años de presencia educativa y han iniciado tres pequeños proyectos agrozootécnicos que consisten en organizar y repoblar una granja existente; reparar las colmenas para reiniciar la producción de miel e iniciar una cosecha de arroz en dos hectáreas de tierra.

Los ingresos que se consigan se utilizarán para satisfacer las necesidades alimentarias de los estudiantes y de los profesores, y también para destinar una parte a la venta.

De esta manera, los Salesianos pretenden dar respuestas concretas a las necesidades de las personas y a la vez transmitir un mensaje de esperanza para muchos niños, jóvenes, y maestros.