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Ver todas las noticiasEmergencia Ucrania. Intentar sobrevivir a las gélidas temperaturas en medio de las bombas
Después de nueve meses de guerra, la población ucraniana ha perdido el miedo al conflicto. Muchas de las personas que huyeron con los primeros bombardeos en febrero y se convirtieron en refugiadas en otros países regresaron el verano pasado ante la aparente calma. Sin embargo, el mayor temor en Ucrania se centra ahora en las bajas temperaturas ante la llegada del invierno y las primeras nevadas. Los ataques rusos en el último mes y medio han destruido gran parte de las infraestructuras energéticas de las principales ciudades y la población se enfrenta, en el mejor de los casos, a continuos cortes de agua, luz y gas.
Más de 15 millones de ucranianos necesitan en la actualidad ayuda para vivir. La guerra, que dura ya nueve meses se ha intensificado en las últimas semanas por los continuos bombardeos. Esta situación complica la supervivencia de la población en Ucrania y en los países limítrofes por las bajas temperaturas. El frío afecta a la población desplazada, refugiada, retornada y también a las comunidades de acogida, con temperaturas que pueden superar los 20 grados bajo cero.
Los esfuerzos de los misioneros salesianos en la emergencia en Ucrania se centran en preparar la llegada del invierno. “Atender las necesidades de las escuelas es una prioridad”, aseguran los Salesianos desde Varsovia. Más de 2.000 centros escolares han sido dañados por las bombas y al menos 300 han sido destruidos. “Construir refugios en los colegios y proteger a los alumnos del frío con el aislamiento de techos y el arreglo de puertas y ventanas ha sido una de las líneas de acción del trabajo salesiano desde septiembre”, explican.
Miles de viviendas siguen sufriendo daños en Ucrania y hay continuos cortes de agua, luz y gas
Asimismo, la solidaridad salesiana de todo el mundo trabaja en ayudar a la población a reconstruir sus viviendas. Para ello se distribuyen kits para pequeñas y medianas reparaciones domiciliarias de emergencia. Miles de hogares han sufrido daños y también está previsto entregar mantas, ropa de invierno, estufas y combustible. La atención psicológica, de manera especial a los menores que sufren traumas por la guerra, es otro punto importante de la ayuda salesiana en Ucrania.
Los misioneros salesianos en Ucrania coinciden en las necesidades que tienen con la llegada del invierno: “En los colegios de Zhytomyr, Lviv y Odessa necesitamos aislar tejados y paredes porque hay alumnos que tienen que estar con el abrigo en clase. El elevado precio del combustible es nuestra gran preocupación, así que tal vez con generadores eléctricos nos ayudasen. También hemos suprimido las vacaciones de otoño para tenerlas un poco más adelante”, cuenta Michal Wocial desde Zhytomyr.
Desde Polonia, y con la ayuda del Gobierno, un proyecto permitirá ofrecer atención psicológica a los menores refugiados durante todo el curso. Otro proyecto facilitará el alquiler de una nave para almacenar ropa de invierno y mantas, así como la compra de vehículos para repartir el material en Ucrania.
La situación para la población es tan complicada que el Gobierno de Ucrania pidió el mes pasado a los casi ocho millones de ciudadanos que siguen fuera del país que no regresen al menos hasta la primavera. “La situación sólo puede empeorar, así que lo primero es sobrevivir”, aseguró Iryna Vereshchuk, viceprimera ministra de Ucrania.
Sin embargo, ante la incertidumbre del rumbo que pueda tomar el conflicto, los misioneros salesianos han confirmado la decisión de seguir trabajando junto a la población desplazada y refugiada y ofrecer educación, atención psicológica y acompañamiento a los menores.