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Ver todas las noticiasEscalada de violencia en Líbano. Los misioneros salesianos acogen a los primeros desplazados tras los bombardeos
Más de mil personas han muerto y más de un millón ha tenido que abandonar sus hogares en Líbano por los ataques que está sufriendo de manera especial el sur del país desde la semana pasada. Los cinco misioneros salesianos en el país están preocupados por la escalada de violencia, pero dispuestos a ayudar a la población afectada por esta nueva crisis y a acoger a la población desplazada como en anteriores crisis y conflictos.
La emergencia en Oriente Medio continúa aumentando y extendiéndose y miles de personas viven bajo los bombardeos. Más de mil personas han muerto en los últimos días, hay más de 6.000 heridos y más de un millón de personas desplazadas que han tenido que huir de sus casas en el sur de Líbano debido al estallido de violencia. La situación en el país es de una gran tensión y preocupación por el temor al comienzo de un nuevo conflicto armado.
“El Gobierno de Líbano ya ha designado escuelas para acoger a todas estas personas que llegan sin nada, y en la escuela salesiana de El Houssoun ya estamos acogiendo a personas desplazadas que vienen del sur. Además, una aldea cristina cercana fue bombardeada hace unos días”, explican los misioneros salesianos en la región.
Las escuelas se encuentran cerradas y el país en alerta por si las amenazas de un ataque masivo se cumplen. Los misioneros salesianos en el país se encuentran preocupados, pero “haremos lo que esté en nuestras manos para ayudar a la población más vulnerable”, añaden.
Los misioneros salesianos atienden a más de 1.000 niños, niñas y jóvenes en Líbano
Líbano se encuentra en una situación de gran fragilidad: una crisis social, financiera, institucional y política, sin jefe de Estado desde hace ya dos años y con un gobierno dimisionario. Tras la explosión en el puerto de Beirut, el país está a merced de Hezbolá, que ha decidido unilateralmente abrir un frente contra Israel como gesto de solidaridad con Gaza en contra de la voluntad de la mayoría de los ciudadanos.
Además, Líbano vive un gran número de personas refugiadas de países de la región, como Siria, Irak y Palestina. Para ellos, esta escalada es una nueva amenaza para su situación, aunque cuentan con los misioneros salesianos en la zona, que están comprometidos a mantener las ayudas a las personas refugiadas a las que están atendiendo, sobre todo a menores y jóvenes.
Los misioneros salesianos están en Líbano desde 1959 y tienen tres presencias en el país: Beirut, El Houssoun y Al Fidar. Hay dos escuelas, un centro de formación profesional y tres centros juveniles salesianos. Más de 1.000 niños, niñas y jóvenes acuden y reciben educación en valores en alguna de las obras de Don Bosco en Líbano.
Para intentar hacer frente a esta situación, los misioneros salesianos están tratando de ofrecer una cercanía y una esperanza al estilo de Don Bosco. Durante este último año de guerra latente y situación precaria han continuado con las diversas actividades, tratando de llevarlas a cabo de la manera más regular posible. Sólo últimamente se ha suspendido el Encuentro del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) de Medio Oriente, que debía celebrarse este mes de septiembre en la casa de El Houssoun.
Los bombardeos se están desplazando a Beirut, donde hay aldeas chiitas y cristianas
En la actualidad se vive en la incertidumbre porque hay un masivo flujo de desplazados del sur, casi todos chiitas y en su mayoría partidarios de Hezbolá, hacia las zonas cristianas al norte de Beirut, y han comenzado los bombardeos israelíes también en esta área, donde también hay aldeas chiitas y cristianas.
La semana pasada, mientras la casa de El Houssoun acogía en sus instalaciones, al igual que otras escuelas de la zona, a un centenar de desplazados, dos aldeas chiitas cercanas sufrieron ataques por la aviación israelí, con muertos y heridos; y otras aldeas viven con el temor de correr la misma suerte.
La casa salesiana de El Houssoun siempre ha estado involucrada como signo de esperanza en los acontecimientos bélicos que han afectado a Líbano en los últimos 50 años, y la actual llegada de desplazados, cuyo número podría aumentar en los próximos días, representa, por tanto, otra oportunidad para que esta casa, situada en las montañas, se convierta en un lugar relativamente seguro para ellos.
Esta nueva crisis amenaza una vez más la estabilidad de Oriente Medio y las consecuencias pueden ser devastadoras para la población.