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1 mayo, 2020

Plaga de langostas y coronavirus: el inicio de una posible emergencia humanitaria en Uganda

La combinación de coronavirus con la invasión de langostas que se están sufriendo muchas zonas de África puede dar lugar a una gran emergencia humanitaria. Uganda es uno de los países donde la situación comienza a ser preocupante ante la llegada de la estación seca. La situación de confinamiento que vive la población para evitar contagios y las cosechas arruinadas por la plaga pone en peligro a la población.

Desde el pasado mes de febrero se estima que 40 millones de langostas han entrado en Uganda. Su velocidad de reproducción hace que pueda multiplicarse esa cifra hasta 500 veces para el próximo mes de junio.

Las partes más afectadas del país son las del norte y el este aunque, en principio, el daño parece limitado hasta el momento. Sin embargo, lo peor se espera que llegue en unas pocas semanas, con la estación seca. En ese momento el clima favorecerá la eclosión de los huevos puestos por las langostas en su primera incursión.

Preocupa especialmente la situación en el norte, donde se encuentran la mayoría de los asentamientos de refugiados, muchos de ellos colapsados. Las personas que huyeron de la guerra en Sudán del Sur son una población en riesgo ante el coronavirus por las condiciones sanitarias en los asentamientos.

Una segunda invasión de langosta llevaría a la población a la hambruna.

“En Uganda muchos productos se cultivan en campo abierto y se transportan para su venta a zonas urbanas», explican los salesianos de Namugongo. Todo apunta a un aumento de los precios y a la imposibilidad “de comer al menos una comida decente los que viven en extrema pobreza”.

Los Salesianos de la Provincia África Grandes Lagos (AGL) están aumentando los recursos para prestar apoyo, de manera inmediata a la población. El Centro Don Bosco Children And Life Mission (CALM) intenta enseñar a los agricultores a fumigar los cultivos. “Estamos proporcionando equipos de fumigación y productos químicos para preservar las cosechas y evitar que los huevos maduren”, explica el padre Elie Nyandwi.

Los Salesianos también han empezado a almacenar alimentos no perecederos “en un intento de evitar una crisis alimentaria”. Esos productos, como arroz y harina de maíz y de mandioca, serán distribuidos a través de la red de parroquias y capellanías.

Otro problema unido a la plaga de langostas es la cría de animales. Las langostas comen los pastizales y esta situación llevará a la muerte del ganado si las medidas no surten efecto. Para anticiparse a los efectos de la plaga y del coronavirus, los Salesianos también están comprando semillas y fertilizantes para ayudar a los agricultores. De esta forma se podrán garantizar las cosechas de las siguientes temporadas.

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