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Ver todas las noticiasPaz estable y duradera en el mundo y educación de calidad para todos los menores son nuestros deseos para 2023
Finaliza el año que considerábamos de la recuperación de la normalidad tras superar la pandemia. Sin embargo, sus consecuencias las seguimos sintiendo porque aún no han desaparecido los contagios. Una nueva guerra, esta vez en el corazón de Europa despertó la solidaridad mundial con los millones de ucranianos que huyeron de las bombas. No nos olvidamos de ellos, y tampoco lo hacemos de los millones de menores y de jóvenes que ven vulnerados sus derechos y que no tienen acceso a una educación de calidad. Por eso, para el nuevo año pedimos paz estable y duradera en el mundo y una educación de calidad para que todos los menores se conviertan en protagonistas de su futuro.
La pandemia nos dejó incertidumbre y miedo. Una crisis económica asomaba en un mundo que limitó las relaciones humanas por miedo a los contagios. El año que ahora termina, y que pensábamos que podía ser el de la recuperación, agrandó más aún la brecha entre ricos y pobres. La guerra de Ucrania ha sumido al mundo en una grave crisis que ha aumentado el hambre y ha hecho retroceder todas las estadísticas de bienestar.
Más hambre, más pobreza, menos escolarización, más vulneración de derechos para la infancia y más riesgos para la salud ante la falta de agua es lo que nos deja 2022. También los efectos del cambio climático han seguido avanzando con graves sequías en unos lugares e inundaciones en otros…
Sin embargo, en este año que termina hemos seguido estando al lado de los niños, niñas y jóvenes más desfavorecidos para ofrecerles un futuro lleno de oportunidades gracias a la educación. Hemos enviado ayuda de emergencia donde se ha necesitado, hemos acompañado a la población y seguimos ofreciendo esperanza y siendo semillas de paz en los 134 países en los que los misioneros salesianos están presentes.
Seguiremos al lado de los más desfavorecidos, ofreciendo paz, esperanza, ayuda y educación
A lo largo de este año que concluye hemos continuado rescatando y ofreciendo un refugio a los niños en situación de calle; hemos salvado de la prostitución a cientos de niñas; hemos acogido, protegido y acompañado a los refugiados en diversos países; nos hemos preocupado por los menores en conflicto con la ley que cumplen condena en cárceles de adultos; hemos continuado atendiendo a los menores huérfanos víctimas de los conflictos armados y hemos seguido ofreciéndoles espacios seguros de ocio para su educación… y lo seguiremos haciendo a lo largo de 2023.
Nuestros deseos para el nuevo año son, a la vez, propósitos y compromisos con los más desfavorecidos. A pesar de las guerras, del hambre, de las sequías y de las desigualdades, nuestro objetivo principal será la paz, pero también continuará siendo que los niños, niñas y jóvenes del mundo estén acompañados y tengan acceso a la educación para ser los protagonistas de sus vidas y disfrutar de un futuro lleno de oportunidades.
Para nosotros, la generosidad de miles de personas que nos ayudan cada día es la providencia que hace posible el milagro de poder atender, cuidar y educar a quienes más lo necesitan. Muchas gracias por mantener el reto de seguir ayudando a quienes menos tienen.
¡Feliz año 2023! y que Don Bosco y María Auxiliadora sigan protegiendo y guiando nuestras vidas.