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23 diciembre, 2024

La Navidad nos une a los misioneros y a la infancia y a la juventud que atienden con el mismo deseo: paz

Las cifras de los menores que viven situaciones de pobreza en el mundo, que no van a la escuela, que son obligados a trabajar, que sobreviven en las calles porque son huérfanos, que se ven obligados a vender sus frágiles cuerpos para poder comer, o que son reclutados para combatir en primera línea u obligados a casarse con adultos son inasumibles. Junto a los misioneros salesianos, seguimos trabajando en los cinco continentes para combatir las injusticias, proteger y acompañar a los menores y ofrecerles educación para que se convierten en los protagonistas de su futuro. Por eso, esta Navidad, queremos que la paz se convierta en una realidad para ellos.

La esperanza que representa la Navidad queremos hacerla realidad en la vida de los niños y niñas que a diario ven vulnerados sus derechos. Queremos que encuentren un ambiente acogedor y de familia. Nuestro deseo, junto a los misioneros salesianos en 137 países de los cinco continentes, es que puedan cumplir sus sueños a través de la educación y que nuestra solidaridad los ayude a vivir su infancia con dignidad y a que sus derechos se reconozcan y respeten.

Sin embargo, las cifras de los derechos vulnerados de la infancia en el mundo deben sacudir nuestras conciencias: más de 730 millones de niños y niños viven en zonas expuestas a escasez de agua; cerca de 400 millones de menores sufren situaciones de pobreza extrema; más de 250 millones de menores no tienen acceso a la educación; al menos 160 millones se ven obligados a trabajar para sobrevivir; al menos 12 millones de niñas se casan obligadas cada año antes de cumplir los 18 años; 24.000 niños mueren cada día por falta de atenciones básicas; un millón de menores cae en redes de la prostitución y el tráfico infantil cada año; 300.000 menores son reclutados por la fuerza para ejércitos y guerrillas…

El mundo necesita nuestra solidaridad para formar, como decía Don Bosco, “buenos cristianos y honestos ciudadanos” que, gracias a la educación, transformen sus vidas y ayudan a mejorar el futuro de la humanidad.

La Navidad en muchos países del mundo será un día más de supervivencia para la población

En estos días, hay zonas en el mundo en las que la Navidad pasará inadvertida y será un día más en la supervivencia diaria o en la rutina del ambiente de violencia en que vive la población: la situación en Oriente Medio, la guerra en Ucrania, los conflictos en numerosos países de África, la pobreza, los desastres naturales y las consecuencias del cambio climático abocan a millones de personas, y especialmente menores, a una situación de indefensión.

Por eso en Navidad deberíamos sentirnos más cerca que nunca de todas aquellas personas que sufren y vivir ese espíritu de encuentro y reconciliación. Tan sólo el sufrimiento de una persona sería suficiente para entregarnos al espíritu de la Navidad, pero es que son millones de personas en todo el mundo los que necesitan nuestra generosidad para tener esperanza y poder conseguir la anhelada paz.

Oriente Medio se ha convertido en un polvorín: primero fue Siria, más tarde Gaza y después Líbano. En las últimas semanas, el derrocamiento de la dictadura de Basar al Asad en Siria abre un periodo de incertidumbre para la población, aunque también de esperanza de que se ponga fin a los casi 14 años de guerra y que millones de personas refugiadas puedan regresar y contribuir a reconstruir el país. Los misioneros salesianos han confirmado su compromiso de seguir trabajando junto a la población en la protección de los menores y en proporcionarles oportunidades de futuro, y esta Navidad rezarán todos juntos por la paz.

Los misioneros salesianos acompañarán en las celebraciones a muchas familias desfavorecidas

En Ucrania vivirán su tercera Navidad en guerra. Los Salesianos atienden desde el primer momento de la emergencia a menores y jóvenes en 11 presencias en el país ucraniano, así que como a la población refugiada en los países limítrofes. El objetivo siempre es poder ofrecer espacios seguros y educación a los menores y ayuda de primera necesidad a las familias. Esta Navidad volverán a pedir la paz con mensajes que han enviado a los soldados en el frente y con celebraciones religiosas en las obras salesianas.

En otros países como Haití, RD Congo, Sudán del Surla violencia también condiciona la vida diaria de la población y el trabajo de los misioneros salesianos. Estos días, sin ambiente navideño en las calles por la inseguridad, las familias celebrarán en casa y en las iglesias el nacimiento de Jesús, y lo harán acompañados de los salesianos, porque para muchas personas que pasan momentos de dificultad, ellos también son considerados de la familia por la ayuda desinteresada que les ofrecen.

Los programas salesianos repartidos por el mundo se llenan estos días de ambiente festivo en el que no faltan los juegos y los regalos para los más pequeños. Oratorios, centros juveniles, parroquias, albergues, internados, refugios y hasta en los asentamientos de refugiados, los misioneros salesianos intentarán trasladar la alegría y la esperanza de la Navidad y el objetivo de la paz estable y duradera para todos. ¡Feliz Navidad!

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