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Dolor, muerte, destrucción, miedo, incertidumbre, impotencia… las guerras y los desastres naturales tienen en común que la vida puede cambiar en un momento. Personas que se quedan sin hogar, que pierden a seres queridos, en la mayoría de los casos es un empezar desde cero en un nuevo lugar y sin nada más que la ropa que llevas puesta.
La invasión en Ucrania ha cumplido un año y la población está superando su segundo invierno sin luz ni calefacción.
Casi 18 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, más de ocho millones de personas han salido del país y más de 5,3 millones cambiaron de lugar de residencia por la violencia.
Siria está a punto de cumplir 12 años de guerra, pero los fuertes terremotos del 6 y del 20 de febrero en el sur de Turquía sembraron de devastación el noroeste del país asiático.
Ha habido más de 50.000 muertos, 115.000 heridos y cientos de desaparecidos bajo los escombros en ambos países. Con sólo dos horas de luz al día, más de nueve millones de personas en Siria necesitan ayuda humanitaria urgente para vivir.
“Abrimos las puertas de Don Bosco en Alepo y por la noche llegamos a acoger a más de 750 personas”
Alejandro León, misionero salesiano en Alepo.
En el mundo hay muchas emergencias humanitarias en las que estamos trabajando para que los afectados no pierdan la esperanza, para ayudarlos a superar los traumas y a que recuperen sus hogares y la oportunidad de recibir educación.
Desde el primer momento los misioneros salesianos han estado al lado de la población desplazada y refugiada de Ucrania y con los afectados por los terremotos en Siria.
En ambos países seguimos repartiendo mantas, ropa de abrigo, alimentos y pequeñas ayudas para arreglar los desperfectos en los hogares.
En Ucrania, además, construimos refugios en las escuelas para que los menores estén seguros, continuamos atendiendo a las personas que tienen que abandonar sus viviendas y ofrecemos apoyo psicológico, sobre todo a niños y niñas, por los traumas vividos.
Dos años de guerra y más de 10.000 personas fallecidas, entre ellas casi 600 menores, y más de 18.000 heridos son algunas de las dolorosas
Las bombas y los misiles continúan cayendo sobre muchas zonas de Ucrania. Los ataques con drones siguen asolando gran parte del territorio y nadie se
“Los misioneros salesianos no daremos nunca la espalda de las personas que están sufriendo esta guerra, que desafortunadamente no para y que continúa causando víctimas
Aunque las bombas ya no caen sobre las principales ciudades de Siria y existe un alto el fuego no oficial, la guerra no ha terminado.
El primer terremoto, y el más fuerte de las 11.000 réplicas registradas, tuvo el epicentro en el sur de Turquía y una magnitud de 7,8.
Los misioneros salesianos en Siria atienden a más de 3.500 menores y jóvenes en sus presencias de Alepo, Damasco y Kafroun. “En octubre comenzamos el
