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Ver todas las noticiasEl hambre, punta del iceberg de la desigualdad y de la pobreza en el mundo
El hambre en el mundo aumentó el año pasado hasta situarse en 828 millones de personas, 150 millones más que al inicio de la pandemia. La guerra en Ucrania y el cambio climático también han contribuido a incrementar la pobreza extrema en el planeta, y una de cada 10 personas ahora mismo se encuentra en esta situación. Ante la conmemoración, el domingo, del Día Mundial de la Alimentación, y el lunes de la Jornada para la Erradicación de la Pobreza, desde Misiones Salesianas seguimos comprometidos con la educación de calidad para transformar el futuro de los menores y jóvenes más desfavorecidos, acompañándolos y ayudando también a sus familias.
Runy, Oleg, Marlene, Yazmín, Nirek… son menores de edad que viven en distintas partes del mundo y que han experimentado la pobreza y el hambre en los últimos meses. “La pandemia impidió trabajar a mis padres y tuvimos que sobrevivir con lo que nos proporcionaban los misioneros salesianos”, recuerda Marlene desde Perú. Yazmín, desde Guatemala, explica que “una tormenta tropical nos dejó sin casa y lo perdimos todo”. A Oleg la guerra en Ucrania lo ha alejado del colegio y de sus amigos; tuvo que huir con su madre y su hermano pequeño a Polonia. Mientras, Nirek la mayoría de los días sólo come una vez al día, y lo hace en la escuela salesiana a la que va en Chennai (India)…
Sus historias son sólo algunos ejemplos que revelan la desigualdad y la supervivencia a la que se tienen que enfrentar millones de personas en el mundo a diario.
El hambre ha aumentado hasta alcanzar los 828 millones de personas. Casi 50 millones más que en 2020 y 150 millones más desde el comienzo de la pandemia mundial de coronavirus. A estas cifras hay que sumarle que alrededor de 2.200 millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable; 4.200 millones no cuentan con servicios de saneamientos seguros; 3.000 millones carecen de instalaciones básicas para lavarse las manos y 1.300 millones de personas que viven con menos de 1 euro al día.
La pobreza y el hambre son las culpables de la muerte cada día de 24.000 personas en el mundo
También el cambio climático contribuye al aumento de la pobreza y el hambre. La sequía en el Cuerno de África es la peor registrada en 70 años. Mantiene a 80 millones de personas al borde de la hambruna, y sólo en Kenia, Somalia y Etiopía hay 7 millones de menores que sufren desnutrición aguda.
La pandemia contribuyó de manera decisiva a empeorar la situación de los colectivos más desfavorecidos y ha agravado las desigualdades. Por primera vez en 20 años ha aumentado la pobreza extrema. Las previsiones desalentadoras establecen que 670 millones de personas seguirán sin poder tener una buena alimentación al final de la década. Esta situación nos aleja del objetivo de hambre cero marcado por la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.
Ante la conmemoración, el domingo, del Día Mundial de la Alimentación, y el lunes de la Jornada para la Erradicación de la Pobreza, desde Misiones Salesianas estamos convencidos de que la educación es clave para transformar la vida de los niños, niñas y jóvenes más desfavorecidos y que abandonen el círculo vicioso de la pobreza. Asistir a la escuela les permitirá adquirir buenos hábitos de higiene, conocer sus derechos, recibir una alimentación sana, aspirar a cumplir sus sueños profesionales y contribuir al desarrollo de sus comunidades.
Más de 1,2 millones de menores y de jóvenes que asisten a escuelas, centros juveniles y centros de formación profesional salesianos en 134 países saben que es posible dejar atrás la pobreza y convertirse en los protagonistas de su futuro gracias al Sistema Preventivo y a una educación de calidad.