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Ver todas las noticiasLos misioneros salesianos siguen apostando por la educación para erradicar la pobreza
Mañana se conmemora el Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza en un mundo en el que las desigualdades crecen y millones de personas tratan de sobrevivir con escasos recursos. En medio de ellos se encuentran los misioneros salesianos, que cuentan con una herramienta infalible para tratar de revertir esta situación: la educación. Una educación que transforma y capacita a niños, niñas y jóvenes para ser protagonistas de sus vidas.
Kamlesh vive en una aldea cerca Bombay. Lo hace en una pequeña casa en la que entra el agua cuando llueve y casi todos los días se va a dormir con hambre. Tiene 11 años y toda una vida por delante haciendo ladrillos para sobrevivir. Lookman vive en Nigeria y su padre le ha dejado a cargo de un sastre de la ciudad para que aprenda el oficio. No come lo suficiente ni acude al colegio. Ramón acaba de perder a su hija porque no tiene dinero para darle la atención médica adecuada. Moussa se levanta cuando aún no ha aparecido el sol para andar kilómetros en busca de agua para su familia. Estas son algunas de las historias que se esconden tras la pobreza.
Más de 670 millones de personas en el mundo, cerca del 9% de la población mundial, vive bajo el umbral de la extrema pobreza, es decir, con menos de 2,5 dólares al día, y otros 735 millones de personas pasan hambre. Son cifras no muy alentadoras cuando estamos a las puertas del Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza. Hoy son 390 millones de personas más que en 2019 las que padecen hambre.
Las cifras de pobreza en el mundo siguen muy alejadas de los objetivos marcados para 2030
Los datos de las organizaciones internacionales demuestran que, a este ritmo, en el año 2030 seguirá habiendo más de 575 millones de personas que vivan en la pobreza extrema. Cifras muy alejadas de los objetivos que el mundo se planteó conseguir en el año 2030 con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Sin embargo, la pobreza no es un estado. Es cierto que hay niños y niñas que nacen, crecen, viven y mueren siendo pobres, pero de la pobreza se sale. Sería más correcto decir que se está en una situación de pobreza, y no que se es pobre. Y los misioneros salesianos en todo el mundo trabajan cada día en su apuesta por erradicarla y transformar el mundo y que sea más justo, humano y sostenible. Para ello, nuestra herramienta es la educación.
Una educación de calidad e integral que apuesta por los menores y jóvenes en situación de mayor vulnerabilidad. “Formar a los jóvenes para que se liberen de la opresión social, política, económica y cultural, para que lleguen a ser personas integradas en la sociedad. Queremos educar a los jóvenes para que sean participantes activos del desarrollo de sus países”, explica uno de los misioneros salesianos que dirige un centro educativo en Camboya. Contamos con más de 5.500 centros educativos y espacios juveniles en el mundo donde millones de niños, niñas y jóvenes construyen su futuro.