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Ver todas las noticiasDía Mundial contra la Esclavitud Infantil. Más de nueve millones de menores encadenados en el siglo XXI
Son mano de obra barata y sumisa; fácilmente reemplazables, que requieren poco gasto en comida, nada en sueldo y que al no conocer sus derechos no protestan: son los menores esclavos. Más de 150 millones de niños y niñas trabajan en el mundo. De ellos, casi la mitad, más de 73 millones, lo hacen en trabajos peligrosos que ponen en riesgo sus vidas. En pleno siglo XXI, al menos nueve millones de menores en el mundo son esclavos, según Naciones Unidas. Hoy se conmemora el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil y queremos romper esas cadenas que tienen millones de menores en el mundo.
Son obligados a trabajar muchas horas y con poco descanso. La mayoría lo hace en minas, en explotaciones agrícolas o como esclavos domésticos. Otros participan en conflictos armados, pidiendo limosna o siendo obligados a casarse. Todos reciben malos tratos y muchos son traficados y sometidos a abusos sexuales. No van a la escuela, no conocen sus derechos y ellos o sus familias fueron engañados para acabar en condiciones de esclavitud y sin infancia.
En el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil que se conmemora hoy, los misioneros salesianos queremos seguir dando visibilidad a estos niños y niñas a los que intentamos ayudar en África, Asia y América. El objetivo es claro: que exista el compromiso político y social para acabar con la esclavitud del siglo XXI.
La esclavitud fue abolida hace más de 200 años, pero sigue existiendo en el siglo XXI. Está presente en al menos nueve millones de niños y niñas que trabajan en el servicio doméstico, cargando mercancías en los puertos, en las minas, en las fábricas, en los conflictos armados, en las lacras del tráfico de menores y la prostitución, en los matrimonios infantiles y en los menores obligados a mendigar.
La pobreza y los malos tratos son causas y, a la vez, consecuencias de la esclavitud infantil
Las consecuencias para los más de 150 millones de menores en el mundo obligados a trabajar son muchas, pero la principal es la pérdida de la infancia y las dificultades para desarrollarse. En el momento actual de pandemia que vive el mundo, al menos otros nueve millones continúan siendo esclavizados y expuestos al contagio sin las medidas de seguridad necesarias.
Viven alejados de sus familias, no reciben educación ni tienen acceso a la salud. Han perdido su infancia y no tienen tiempo para jugar y apenas para el descanso. Los misioneros salesianos trabajamos junto a las administraciones para sensibilizar a las familias y a los patronos con los derechos de los menores. A través de centros de acogida para que los niños y niñas se sientan seguros, creamos un ambiente familiar mientras buscamos a sus familias para su reintegración.
La herramienta más importante para romper las cadenas de la esclavitud infantil es la educación. Que los menores conozcan sus derechos y tenga una oportunidad de formarse y aprender les permitirá cambiar su futuro sin perder su infancia.