¡Feliz 2022! Retos y esperanzas concentrados en la salud y en la educación de calidad para construir un mundo mejor

La pandemia ha vuelto a protagonizar nuestro trabajo durante este año, pero sobre todo el día a día de millones de personas que nunca pensaron que, con sus escasos recursos, su situación podría empeorar. En muchos lugares ha habido nuevos confinamientos y toques de queda, los menores y los jóvenes han continuado sin poder ir al colegio y las vacunas no acaban de llegar a los países del sur.

Pero a pesar de todas las dificultades, los misioneros salesianos hemos seguido al lado de los más desfavorecidos ofreciendo todo tipo de ayuda (alimentos, kits sanitarios…), acompañamiento personal y espiritual y, sobre todo, esperanza.

En el nuevo año seguiremos ayudando a paliar las consecuencias de la pandemia, pero también rescatando a niños y niñas de las calles, salvando a menores del tráfico y de la prostitución, impidiendo matrimonios tempranos, rehabilitando y reinsertando a menores desvinculados de conflictos armados, ayudando a los menores que cumplen condenas en cárceles de adultos, cuidando a los menores huérfanos, protegiendo y acompañando a los migrantes y a los refugiados, evangelizando también a través del trabajo diario y el desarrollo humano… pero sobre todo, ofreciendo la oportunidad de la educación y de aprender un oficio a todos aquellos que deciden cambiar sus vidas tras encontrarse con Don Bosco.

Millones de personas en el mundo se sienten reconfortadas gracias al trabajo de los misioneros salesianos

Las obras salesianas son espacios seguros de ocio para el desarrollo integral de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que atendemos y donde consiguen las herramientas para convertirse en protagonistas de sus vidas con un futuro lleno de oportunidades.

Será el segundo año que a los Reyes Magos, además de pedirles que ningún niño se quede sin juguetes, les pidamos salud y que todos los menores puedan disfrutar del cariño de una familia, de un hogar y de poder ir a la escuela.

Nuestros deseos para el nuevo año son a la vez propósitos y compromisos con los más necesitados. A pesar de la pandemia, de las guerras, del hambre, de las sequías y de las desigualdades, nuestros objetivos principales continúan siendo la salud y el acceso a la educación.

Para nosotros, la generosidad de miles de personas es la providencia diaria que hace posible el milagro de poder atender, cuidar y educar a quienes más lo necesitan. Muchas gracias por aceptar y mantener el reto de seguir ayudando a quienes menos tienen. 

Os deseamos un feliz año 2022 y que Don Bosco y María Auxiliadora sigan protegiendo y guiando nuestras vidas.