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5 abril, 2019

Refugiados en Palabek: el reencuentro de Alice con su madre y con su hijo

Alice tiene 20 años, es viuda y la guerra de Sudán de Sur le hizo perder lo que más quería: a su marido, a su padre y también la separó del resto de su familia. Sin embargo, el reencuentro inesperado con su madre y su bebé se produjo en el asentamiento de refugiados de Palabek, donde llegaron por caminos distintos y en diferentes momentos. Ahora vuelven a tener esperanza en el futuro porque Alice ha vuelto a estudiar y disfruta de una beca en un internado en la localidad de Kitgum gracias a los Salesianos.

Palabek contiene más de 38.000 historias con un denominador común: la guerra en Sudán de Sur. A partir de ahí está la huida, la muerte, la separación y los deseos de paz. En medio de este proceso se encuentran los Salesianos, la única institución que vive dentro del único asentamiento de refugiados abierto en la actualidad en Uganda.

Alice no estaba con su familia cuando la guerra llegó a su localidad en Sudán del Sur. Las veces anteriores habían huido a la montaña y al regresar comprobaban cómo su aldea estaba llena de cadáveres. Ese día tuvo que huir y lo hizo sola y con la ropa que llevaba. Para entonces, a pesar de su juventud, ya estaba casada y era madre un precioso niño llamado Martin.

En el asentamiento de refugiados de Palabek se produjo el reencuentro inesperado con su madre y su bebé, donde llegaron por caminos distintos y en diferentes momentos.

Lo que ella no sabía es que su madre y su hijo por un lado, y su tía por otro, también huyeron de la guerra aquel día. Su marido y su padre no tuvieron tanta suerte y tiempo después Alice supo que murieron. Pero la mayor sorpresa para Alice era que, de manera inesperada, y en una extensión de 400 kilómetros cuadrados, se reencontraría primero con su madre y con su hijo y tiempo después con su tía.

Alice recuerda mucho a su padre, en especial el regalo de un vestido blanco y un pastel cuando cumplió 11 años. Gracias a los Salesianos, ha vuelto a estudiar y, como en el asentamiento sólo hay un centro de Secundaria, disfruta de una beca de un año en un internado en la localidad de Kitgum para cumplir su sueño: ser enfermera.

Desea la paz como todos los refugiados, pero también echa de menos el asentamiento de Palabek para reunirse con su madre, con su tía y, sobre todo, con su bebé siempre que puede. “Los Salesianos nos han devuelto la esperanza para seguir viviendo y soñando por nuestro futuro”, asegura Alice.

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