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Ver todas las noticiasLos Salesianos en Siria reafirman su compromiso junto a la población en medio de la situación de incertidumbre
Cuando comenzó la guerra en Siria, en marzo de 2011, los misioneros salesianos decidieron quedarse al lado de la población y convertir sus espacios en “oasis de paz”. Durante estos años, muchos menores que no han conocido otro ambiente distinto a la guerra, han crecido también en una cultura de paz gracias a los Salesianos. En las últimas semanas, con la ofensiva rebelde que derrocó el domingo medio siglo de régimen de la familia Al Asad en el país, los misioneros salesianos han confirmado que se quedan en Siria “para estar cerca de los jóvenes y de sus familias, y de aquellos que lo necesiten” a pesar de la incertidumbre del momento.
Los grupos rebeldes dominados por islamistas radicales procedentes del noroeste de Siria han tomado el control, en apenas diez días, de Siria, logrando derrocar al presidente y poner fin a casi 14 años de guerra y medio siglo de régimen dictatorial. La guerra, que hacía años que no se manifestaba salvo en territorios muy aislados se hizo presente de nuevo sorprendiendo y sembrando el terror entre la población y continuando el polvorín en que se ha convertido Oriente Medio. El miedo, la inseguridad y la desesperanza continúan entre la población, y la cifra de 13 millones de personas desplazadas por el conflicto (seis millones de refugiados y siete de desplazados internos) puede volver a aumentar si no hay estabilidad.
Los misioneros salesianos, presentes en las ciudades de Alepo, Damasco y Kafroun, tienen obras con formación informal, centros juveniles y oratorios que, en total, movilizan a diario a más de 3.000 menores y a sus familias. Sin embargo, han tenido que suspender sus actividades por la seguridad de los niños y niñas, pero no su compromiso de atender y recibir a quien lo necesite.
En Alepo, el salesiano Pier Jabloyan, director de la obra en la ciudad, expresó hace días el compromiso de la comunidad salesiana “de apoyar y acompañar a los jóvenes, a las familias y a quienes lo necesiten; siempre con la mirada en Jesús, fuente de esperanza eterna”. En su mensaje, padre Pier explica que “Alepo, una vez más, está atravesando un periodo muy difícil y duro. A pesar de todo, como muchas otras congregaciones e iglesias locales que están tratando de ayudar en lo que pueden, también nosotros estamos haciendo lo que podemos por tantas personas en dificultad, especialmente porque esta situación que estamos viviendo nos ha tomado por sorpresa”.
“La situación actual genera muchas dudas y temores porque vivimos en una zona de guerra”
Sobre la situación actual, Pier Jabloyan recuerda que “el jueves 28 de noviembre, varios grupos militares de la oposición entraron en la ciudad, que cayó bajo su control. Esto generó muchas dudas y temores… y nuestros jóvenes viven en este clima. Vivimos en una zona de guerra, con toque de queda y falta la comida y el agua”.
Sin embargo, los misioneros salesianos no se han quedado quietos ni han cerrado sus puertas, tan sólo han suspendido las actividades por la seguridad de los menores y de los jóvenes en los trayectos a la obra salesiana. “Nosotros, junto a otros jóvenes, estamos tratando de ayudar a las familias en dificultad, buscando lugares a los que podamos llegar para ofrecer, aunque sea un pequeño apoyo. Porque con la falta de todo, no podemos hacer mucho. Pero podemos estar con ellos, animarlos y escucharlos”.
“Celebramos la eucaristía online, como en la pandemia, porque hay toque de queda”
Y, por supuesto, en medio de la dificultad, no falta la esperanza: “Estamos en Adviento y el año que viene estamos llamados a vivir el Año de la Esperanza. Celebramos la eucaristía online, como en la época de la pandemia, y el día de la Inmaculada la celebramos presencial por la paz. Nosotros somos hijos de Don Bosco, que vivió como si viera lo invisible, viendo el fin último, que es Jesús. Y también nosotros, como sus hijos, queremos ser así y ver en las acciones cotidianas la presencia del Señor en este periodo tan difícil que vivimos”.
Desde Damasco, el misionero salesiano Pedro García también comenta la difícil situación que vive la población: “Con orgullo y agradecimiento puedo decir que los Salesianos nunca hemos cerrado las puertas, ni en los momentos más duros y crudos de la guerra. Siempre hemos sido un punto de referencia para la gente, y lo seguiremos siendo en este momento”.
Para la población parece haber sido una liberación y salen a las calles con alegría contenida, pero “la situación es de incertidumbre en todo el país y todo va demasiado rápido. Aquí es tradición celebrar a santa Bárbara con fiestas de disfraces y una comida tradicional, pero este año hemos decidido que, en vez de una fiesta, tendríamos una vigilia ante el Santísimo para pedir la paz”, continúa el salesiano.
“El momento de la verdad será cuando las diferentes facciones que integran la coalición se sienten a negociar”, aseguran los misioneros salesianos, porque “a los cristianos se nos abre un punto de interrogación: en el pasado, los integristas se portaron mal con nosotros. ¿Será más de lo mismo? Todo dependerá de cómo se organizan los contrapesos del nuevo Gobierno”.